Museo de Historia Natural de Berna
hace 3 semanas · Actualizado hace 3 semanas

El Museo de Historia Natural de Berna te transporta a un mundo donde la naturaleza cobra vida a través de una de las colecciones más impresionantes de Europa. Ubicado en Bernastrasse 15, este tesoro bernaés alberga más de 220 dioramas con animales preservados que recrean hábitats de Suiza, África y Asia con un realismo que desafía la imaginación. Desde su fundación en 1832, este museo se ha convertido en una parada obligatoria para familias, naturalistas y curiosos que buscan comprender los secretos del mundo natural.
Lo que convierte a este museo en verdaderamente especial no son solo sus dimensiones —cuenta con cuatro millones de especímenes— sino la forma magistral en que presenta cada pieza. El legendario Barry, el perro San Bernardo, te da la bienvenida como el protagonista más querido, mientras que los cristales gigantes de Planggenstock brillan como joyas naturales que tardaron millones de años en formarse. ¿Te imaginas contemplar cristales de cuarzo ahumado de dos toneladas de peso extraídos directamente de los Alpes suizos?
Secciones de este artículo
Los dioramas que conquistaron Europa
La magia de los escenarios naturales
Los dioramas del Museo de Historia Natural de Berna representan una técnica artística que combina taxidermia, pintura y escenografía para crear ventanas perfectas hacia diferentes ecosistemas. Cada vitrina te sumerge en un momento congelado en el tiempo: un leopardo de las nieves acechando en las montañas del Himalaya, una familia de elefantes africanos bajo la sabana dorada, o un oso pardo suizo emergiendo entre los abetos alpinos.
La colección de animales africanos tiene una historia particular fascinante. Proviene de la expedición que realizó en 1923-24 el pintor y cazador bernés Bernhard von Wattenwyl, quien documentó la fauna del continente africano cuando los safaris fotográficos aún no existían. Estos dioramas no solo muestran animales; narran historias de exploración y descubrimiento que marcaron una época.
¿Cuánto tiempo necesitas para ver todos los dioramas? Una visita completa requiere al menos dos horas, aunque los amantes de la naturaleza pueden dedicar fácilmente medio día explorando cada detalle. Los dioramas están organizados por regiones geográficas, lo que permite crear tu propio recorrido temático.
Especies que ya no verás en libertad
Uno de los aspectos más conmovedores del museo es la posibilidad de observar especies extintas o en peligro crítico recreadas en sus hábitats naturales. El diorama del panda gigante te permite apreciar detalles que difícilmente observarías en un zoo, mientras que la recreación del tigre siberiano muestra la majestuosidad de este felino en su entorno natural.
La sección de aves y mamíferos nativos suizos incluye más de 600 animales distribuidos en 164 dioramas que recrean desde los bosques del Jura hasta los pastizales alpinos. Aquí descubrirás especies que quizás no sabías que habitaban en Suiza, como el lince eurasiático o el íbice alpino.
Barry: el héroe peludo de los Alpes
La leyenda que trasciende fronteras
Barry el San Bernardo no es simplemente una mascota del museo; es un símbolo nacional suizo que salvó la vida de 40 personas en el peligroso paso del Gran San Bernardo, a 2.500 metros de altitud. Este perro extraordinario vivió hace más de 200 años en el hospicio de los monjes agustinos, donde participaba activamente en las misiones de rescate de viajeros perdidos en las tormentas de nieve.
La exposición dedicada a Barry incluye una vitrina dorada que honra su memoria y explica las técnicas de rescate alpino de la época. A través de elementos interactivos, puedes comprender cómo funcionaban estos rescates y por qué los perros San Bernardo se convirtieron en los héroes de las montañas suizas.
Más allá de la leyenda
La exhibición de Barry conecta con la tradición suiza de rescate en montaña, mostrando la evolución desde los métodos del siglo XIX hasta las técnicas modernas. Es una oportunidad perfecta para explicar a los niños la importancia de la preparación en la montaña y el respeto por la naturaleza alpina.
Los cristales de Planggenstock: joyas nacidas en las entrañas alpinas
El tesoro que deslumbró a Europa
Los cristales gigantes de Planggenstock representan uno de los hallazgos mineralógicos más espectaculares de los últimos años en los Alpes suizos. Descubiertos en 2005 por los mineralogistas Paul von Känel y Franz von Arx en el monte Planggenstock (cantón de Uri), estos 45 cristales de cuarzo ahumado pesan en conjunto más de dos toneladas y brillan con una pureza cristalina extraordinaria.
La geoda original permaneció oculta durante millones de años en las profundidades de la montaña, hasta que una combinación de paciencia, conocimiento geológico y algo de suerte llevó a su descubrimiento. El museo adquirió esta colección en 2010, convirtiéndola en la estrella de su sección mineralógica.
La colección mineralógica alpina completa
Además de los famosos cristales de Planggenstock, el museo alberga una impresionante colección de minerales alpinos que incluye fluoritas rosadas, pepitas de oro encontradas en diferentes regiones suizas, y meteoritos que han viajado desde los confines del universo hasta estrellarse en territorio helvético.
La sección de minerales te permite comprender la geología de los Alpes suizos de forma visual y tangible. Cada vitrina explica los procesos que dieron origen a estas formaciones, desde la presión tectónica que levantó las montañas hasta los lentos procesos químicos que crearon estos cristales perfectos.
Planifica tu visita como un experto
Horarios y tarifas actualizadas
El Museo de Historia Natural de Berna abre con horarios específicos que debes conocer antes de tu visita:
- Lunes: 14:00 a 17:00
- Martes, jueves y viernes: 9:00 a 17:00
- Miércoles: 9:00 a 18:00
- Sábados y domingos: 10:00 a 17:00
Las tarifas de entrada son sorprendentemente accesibles: los adultos pagan 10 francos suizos, estudiantes y mayores de 65 años pagan 8 francos, mientras que los menores de 16 años entran gratuitamente. También puedes aprovechar la Museum Card de Berna, que te da acceso gratuito durante 24 o 48 horas a múltiples museos de la ciudad.
Cómo llegar sin perderte
Llegar al museo es sencillo utilizando el transporte público de Berna. Las líneas de tranvía 6, 7 y 8, así como la línea de autobús 19, te dejan en Helvetiaplatz, desde donde caminas apenas 3 minutos hasta la entrada del museo en Bernastrasse 15.
Si viajas en coche, encontrarás opciones de aparcamiento en los alrededores, aunque te recomendamos el transporte público para evitar las complicaciones del tráfico urbano bernés.
Consejos para aprovechar al máximo tu visita
Evita las multitudes visitando entre semana por la mañana o los lunes por la tarde. Los fines de semana, especialmente los domingos, suelen estar más concurridos debido a las familias locales.
Duración recomendada: Dedica al menos 2-3 horas para una visita completa, aunque si viajas con niños pequeños, considera dividir la visita en dos sesiones más cortas. Los niños se fascinan especialmente con los dioramas de animales grandes y la exposición de Barry.
No te pierdas la sección Life, donde películas y presentaciones de audio ofrecen reflexiones científicas y filosóficas sobre el ciclo de la vida. Es ideal para visitantes adultos que buscan una experiencia más contemplativa.
Experiencias especiales y servicios
Actividades para familias
El museo organiza regularmente eventos bajo el título "Socorro, ¡hay vida!" (Hilfe, es lebt!), que combinan educación y entretenimiento para todas las edades. Estos eventos poco convencionales incluyen noches temáticas, talleres de naturaleza y conferencias adaptadas para público general.
Para las familias con niños pequeños, la zona de esqueletos (Big Bone Show) resulta especialmente atractiva. Aquí pueden observar más de 300 esqueletos, incluyendo un elefante asiático completo y un rorcual común que impresiona por sus dimensiones.
Servicios adicionales
El museo cuenta con una tienda especializada donde puedes adquirir libros sobre naturaleza, réplicas de minerales, y recuerdos relacionados con Barry y los Alpes suizos. También hay una cafetería donde descansar entre salas, especialmente útil durante visitas con niños.
Las visitas guiadas están disponibles previa reserva y pueden adaptarse a diferentes intereses: desde geología alpina hasta conservación de especies. Para grupos escolares, existen programas educativos específicos que conectan los contenidos del museo con los currículums oficiales.
El contexto científico del museo
Investigación y conservación
Más allá de su función como atracción turística, el Museo de Historia Natural de Berna desarrolla importantes labores de investigación científica. Mantiene el Catálogo Mundial de Arañas, una base de datos exhaustiva que utilizan aracnólogos de todo el mundo.
Los cuatro millones de especímenes de su colección no están todos expuestos; la mayoría forma parte de los fondos de investigación que utilizan científicos suizos e internacionales para estudios de biodiversidad, evolución y conservación.
Conexión con la naturaleza suiza actual
El museo funciona como una ventana al patrimonio natural de Suiza, mostrando especies que aún puedes observar en libertad si sabes dónde buscar. Muchos visitantes utilizan la información del museo para planificar excursiones a parques naturales suizos donde observar estas especies en su hábitat real.
La colección de fósiles incluye restos de animales prehistóricos y plantas que datan de millones de años, ofreciendo una perspectiva temporal que ayuda a comprender la evolución de la vida en los Alpes.
Combina tu visita con otros atractivos berneses
El barrio de los museos
El Museo de Historia Natural forma parte del Barrio de los Museos de Berna, donde también encontrarás el Museo Histórico de Berna (que alberga el Museo Einstein) y el Museo Alpino Suizo. Esta concentración te permite crear fácilmente una ruta temática de varios días.
Actividades en los alrededores
Después de tu visita al museo, puedes caminar hasta Helvetiaplatz y continuar hacia el centro histórico de Berna, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La distancia es perfecta para un paseo tranquilo que te permite digerir toda la información naturalista antes de sumergirte en la arquitectura medieval.
Si viajas con niños, el Tierpark Dählhölzli (zoo de Berna) está a poca distancia y crea una perfecta combinación temática con el museo.
Tu próxima cita con la naturaleza alpina
El Museo de Historia Natural de Berna no es solo una colección de especímenes; es una invitación a redescubrir tu conexión con el mundo natural. Entre los dioramas que recrean paisajes lejanos, los cristales que brillan con la pureza de los Alpes, y la mirada noble de Barry observándote desde su vitrina dorada, encontrarás razones sobradas para enamorarte de la naturaleza suiza.
Cada sala te susurra secretos diferentes: la perseverancia de los exploradores que documentaron fauna africana, la paciencia geológica que creó los cristales de Planggenstock, o la lealtad inquebrantable de un perro que salvó vidas en las montañas más peligrosas de Europa. Al salir del museo, Suiza te parecerá un país diferente, lleno de historias naturales esperando ser descubiertas en cada sendero alpino y cada rincón de sus valles.
Fotografía principal de Хрюша, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons